jueves, 9 de febrero de 2012

Mi infancia, podría decir fue bastante feliz.


El lugar de nacimiento de Don Edgardo Enriquez Frodden, 100 años después, junto al primer tomo de  sus memorias...


 Digo "podría decir" y la califico de "bastante" y no muy feliz, porque siendo el único moreno, y muy moreno, entre mis hermanos, cuantos llegaban a casa de mis padres se creían obligados a hacerme objetos de bromas y burlas.


Actualmente la  posible dirección dónde nació 100 atras, se levanta una galería bajo un edificio.

 Esta manera de tratarme, que me chocaba y dolía no era sólo de los niños, que suelen ser muy crueles con sus propios amigos, a los que ponen apodos en base a sus defectos físicos: el cojo, el narigón, el turnio, etc. También gozaban en burlarse de mi, los adultos, incluso tíos, primos, amigos íntimos de la casa. En su torpeza cruel, no era infrecuente que me dijeran:¿que haces tu aquí, con los patrones?: tu sitio es la cocina, al lado de tu madre que es la cocinera (una pobre mujer vieja y fea). Todos los presentes soltaban la risa ante la ocurrencia del recién llegado.


Edificio que se levanta sobre la galeria que tiene como dirección Colo Colo 571, Concepción.

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En 1919 (7 años de edad), escuche al Dr. B. -que había sido médico en la familia de los Frodden Lorenzan y de los Enriquez Frodden, pero que habia estado ausente unos cinco años, decir a mis padres, en mi presencia, que no se hicieran ninguna ilusión conmigo, que era intelectualmente sub-normal y que seguiría siendolo por el resto de mis días...

Miré a mis padres; los dos tenían los ojos llenos de lágrimas ...


miércoles, 8 de febrero de 2012

Un humilde homenaje a uno de los hombres mas importantes de Concepción en el centenario de su Nacimiento ocurrido el 09 de Febrero de 1912, a las 15:00 horas en Colo Colo 571, Concepción, Chile.


Don Edgardo Enriquez junto a su señora Raquel, plaza de la Independencia de Concepción, Chile. Febrero 1934.
Se pretende en este espacio, dar cita a sus palabras, sus ideas y pensamiento, que no deben, y no podrán ser olvidados.
Con todo respeto Don Edgardo ...

¡¡¡ LARGA VIDA A LOS HOMBRES DE BIEN !!!